El sábado a las 10:30 p.m. el Canal Caracol estrena la serie de documentales con la presentación de Róbinson Díaz y la dirección de Andrés Wiesner.

Bosques de chocolate es el nombre de la primera entrega de una serie de tres documentales dirigidos por Andrés Wiesner y conducidos por Róbinson Díaz, con el que se infiltran por primera vez en las entrañas de la larga cadena del narcotráfico para revelar esos primeros eslabones que no son capos, muñecas de silicona ni jovencitos que aspiran un polvo blanco en medio de una fiesta. Son campesinos quienes siembran y cosechan al mando de fuerzas oscuras.

Díaz, reconocido como uno de los mejores actores del país, incursiona así en un género diferente en busca de los orígenes  de algunos de los conflictos sociales que vive Colombia. Tras bambalinas está Wiesner, el joven documentalista que ya no tiene dónde guardar los premios por su ejercicio periodístico en televisión.

 En el primer capítulo, que los colombianos verán mañana a las 10:30 p.m., por el Canal Caracol, escudriñarán el drama de los colombianos obligados a convivir en el mundo de los cultivos ilícitos. Relatarán cómo, para muchos de los que habitan el sur de Bolívar, entrar al negocio de la coca es fácil. Está en todas partes, inofensiva. Luego adquiere dueño, se expande como una plaga sin horizonte, se procesa, se consume, mata. Desde niños están ligados a esa base piramidal del narcotráfico, tal vez como raspachines o como ‘campanas’ que vigilan que no haya “moros en la costa”. Dicen que no hay opción. Es eso o perder a los seres queridos y ser desterrados, que es lo mismo que la muerte.

Entre tanto miedo y tan poco espacio para enterrar a los difuntos -relatará el documental- se abrieron paso pequeñas voluntades que juntas se hacen fuertes. Uno de los más recordados símbolos de esta lucha en contra de la guerrilla, paramilitares y narcotraficantes en esta zona deprimida de Colombia es Miguel Eugenio Daza, líder campesino, quien después de andar entre hojas de coca y ver morir a su gente decidió tomar distancia, mucha distancia, y animar a los suyos para que erradicaran este cultivo de sus corazones.

Su propuesta fue alentadora. El 2 de abril de 2004 fundó la Asociación de Productores de Cacao del Sur de Bolívar. Poco a poco cientos de familias estuvieron felices de cambiar la coca por el chocolate. El líder no ahorraba esfuerzos para mejorar la calidad de vida de esa comunidad y por eso lo fulminaron recién comenzaba 2008.

El espíritu de Daza sigue impulsando a la Asociación. Hoy en día son más como él a pesar del aparato de intimidación que no ha sido capaz de exiliarse de esta zona.  Él nunca tuvo interés de figurar”, expuso Róbinson Díaz, quien después de ser el presentador de esta producción sintió una verdadera admiración por los habitantes de regiones como el sur de Bolívar, el sur de Tolima y Putumayo.

Con el apoyo de  la agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Áreas de Desarrollo Alternativo Municipal y de B-TV, los próximos dos documentales se centrarán igualmente en la sustitución de la violencia por la esperanza: la amapola por el café (sur de Tolima) y la coca por palmito (Putumayo).

Después de seis meses de caminos de coca, amapola, café, palmito y cacao, de sollozos por los que se han ido en medio de esta confrontación, de gente humilde y trabajadora, del miedo natural de saberse apuntado por fusiles embozados… Después de todo, esta serie de documentales llegarán al ojo del televidente con la intención de quedarse algo más que sólo 60 minutos.

Fuente: https://www.elespectador.com/impreso/documentales/articuloimpreso188597-traficando-suenos